Ya nos conocéis: cuidamos cada paso de la producción de nuestros AOVES. Y también, como no podía ser de otra manera, su almacenamiento. Por eso, solo envasamos bajo demanda. Mientras, nuestros aceites esperan en nuestra bodega, donde se preservan en las mejores condiciones y así servirlo con la mayor frescura posible.
Para que esta frescura y todas las propiedades del AOVE perduren una vez que te hayas hecho con él, hoy te contamos cómo conservar el aceite de oliva en casa.
¡Cuidado con la temperatura!
Apúntatelo: el gran enemigo del aceite de oliva virgen extra son las altas temperaturas. Si se expone durante mucho tiempo a una fuente de calor (o se conserva en un lugar muy caluroso); esta puede destruir sus propiedades; estropear su textura y hacerlo más ligero.
El frío, por su parte, puede solidificar el aceite (seguro que alguna vez has visto unas bolitas blancas suspendidas dentro de la botella). En contra de lo que puedas pensar, esto no es demasiado importante, ya que vuelve a su estado natural (sin perder sus propiedades) una vez que aumenta la temperatura.
La temperatura recomendada para conservar el AOVE debe ser constante y situarse entre los 16 y 24 grados. Así que lo ideal es guardarlo en el lugar más fresco de tu cocina (¡o tu casa!); como por ejemplo, en una alacena o despensa.
Evita la luz directa
Las aceiteras de vidrio suelen ser muy bonitas y quedan muy bien en la cocina… ¡pero no le sientan bien al aceite! Y es que la luz solar acelera la oxidación del AOVE, haciendo que pierda sus propiedades. Este es uno de los motivos por el que envasamos en botellas opacas o en latas.
Si sueles comprar el AOVE en formatos grandes (como nuestro Duernas Cuisine) y necesitas algo más manejable, te recomendamos las aceiteras de latón o acero inoxidable. Si te decantas por las de vidrio… ¡a la alacena!
Siempre bien cerrado
El oxígeno acelera la descomposición del AOVE. Por ello, recuerda cerrar bien el recipiente en el que lo guardes (si puede ser, herméticamente). De lo contrario, acabará con un regusto rancio, señal de que se ha deteriorado.
Además, mantenerlo cerrado evitará el contacto con otros alimentos o productos que puedan alterar sus cualidades organolépticas. Por ejemplo, si el aceite está abierto y cerca de una quesera, terminará por absorber el olor del queso.
¡Ahora ya sabes cómo hacer que tu AOVE dure mucho más tiempo en perfectas condiciones!