Descripción
Durante siglos, las salinas de manantial de Duernas han sido las más importantes de la Península Ibérica y son una aportación única al Patrimonio material e intangible de la Humanidad. Su origen es un mar de hace millones de años, que no quiso irse de Córdoba. Fue durante el Imperio Romano cuando tuvieron su máximo explendor y suministraban al resto de las provincias patricias, siendo custodiadas militarmente como muestran los restos arqueológicos. La pureza de la sal de manantial es la máxima, precisamente por el hecho de nacer de la tierra, no está expuesta a la polución en forma de metales pesados o microplásticos del mar. Supone una riqueza única y excepcional que se forma gracias a que el sol y el viento la cristalizan y que, finalmente los brazos de un salinero, la recoge con extrema delicadeza. Flor de sal en su origen por lo que, naturalmente, ofrece un alto contenido nutricional.